nunca hubo nadie igual a ti que despertara en mi tanta sensación de amar besar tú boca como quiero comenzar, dejemos que esta noche ponga su velocidad. No te preocupes si nos coje la mañana y nos despierta entre y violines y trompetas. Quizás fui musa de aquel fracasado poeta
cansada de besar ranas y ninguna con sorpresa.
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