viernes, 5 de noviembre de 2010

También odio esa sensación de impotencia, esa sensación de no poder dejarte ir.… que asco. Eres como una droga, has ocupado cada centímetro de mí, lo has llenado todo con tus sonrisas, tus miradas, tus promesas... y ahora, mírame, si no te tengo ¡me muero!.
Joder, que malas son las drogas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario